jueves, 23 de junio de 2011

Historias Mínimas

Los medios y la felicidad
Por Dolores Fernández

Cuál es tu reacción, cuando después de una noticia trágica, alguien asegura:
-Soy feliz

Una querida amiga, esta mañana, ante mi comentario, sobre la tragedia ocasionada por las cenizas, que cubrieron el sur de la Argentina, me contestó:
-Si me preguntás a mí, te diré, que esta es mi mejor semana en los últimos meses.
Antes de que pudiese preguntarle si había ganado un concurso. Ella es escritora. Me enumeró los motivos de su alegría.
-No me robaron en el subte, a mi hija le arrebataron el celular, pero no la lastimaron. Mi vecino se colgó del cable pero no perjudico la imagen de mi TV.
Por eso soy feliz.
¿A esto llegamos?
Es común, que en los medios de difusión, se mezclen los temas más diversos. Comprendo, que es imposible, que un periódico, aglutine las páginas de buenas noticias lo más, lejos posible, de las malas.
Es casi milagroso, encontrar un canal que no salte de un dramático comentario sobre el desalojo de un Barrio, a la última noticia, sobre la ruptura del romance, de una modelo y un futbolista.
¿No les molesta tanta frivolidad?
En una reciente entrega de premios, fue galardona, una joven periodista. Según dijeron, dedicada a temas policiales.
Confieso que he prestado atención a sus esclarecedores comentarios .Que desilusión, ellos eran copia fiel de los que escuché en diferentes horarios por diversos medios. Dichos con diferente fervor.
Los tiempos que vivimos son confusos y vertiginosos. Quizá por eso se entremezclan las cosas y por si las fuentes de información fueran pocas, ahora contamos con las Redes Sociales. No tengo nada contra ellas, pero allí, brillan los: Soy Feliz.
Detrás de una noticia macabra, pasamos al video de un niño rapero. Continuamos con el último informe, de posibles candidatos, para las próximas elecciones, prometiéndonos un mundo mejor.
Quizá, como yo, prefieras la lectura de un buen libro. Pero no podemos encerrarnos en una burbuja y entonces recorremos la gallerí donde como en los antiguos circos, anuncian al domador y sus leones. Ya sabemos, que está prohibido exhibir animales, para entretenimiento del público. Pero allí están, ignotas y bellas jovencitas dispuestas a llorar, mientras el entrenador, que ha suplantado el látigo por un moderno micrófono, insiste, para que el número sea el mejor de la noche.
Luego todos cantamos .Soy Feliz y me incluyo y te incluyo. El inconsciente nos iguala.
¿O acaso no te deslumbran, esas mujeres eternamente jóvenes de blancas sonrisas?
Cada mañana me pregunto y te preguntas frente al espejo. ¿Cómo lo logran?
Así deambulamos entre robos y bodas reales. Asesinatos y desconocidos que aseguran, que continuaran en un certamen, porque el pueblo los respalda.
Pobre de nosotros, pueblo, que automáticamente, levantamos las manos, dispuestos a gritar las palabras mágicas, que nos aseguran la felicidad, por lo menos, mientras dura la canción.
Soy feliz…

1 comentario:

  1. ¡Cuánta razón, Dolo! Imposible quedar excluídos... Es el "Cambalache" de Discépolo "revolcao" entre las purpurinas y las cremas dentales blanqueadoras -al menos Discépolo lo dijo con arte e ingenio, no como ahora que tales dotes brillan por su ausencia- Noto que me voy recluyendo, cada vez más, en mi propia burbuja para tratar de no contaminarme con tanta... (no sé como calificarla) ¿Será porque quiero salvaguardar los pocos momentos de felicidad -entre comillas- después que termina la canción? Me encantó tu reflexión !!! Besos, amigaaaaaaaaaa !!!

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